En una isla donde el lujo se mide en autenticidad, Anguilla convierte su sal en un recuerdo sofisticado y con propósito. Los emprendedores locales han apostado por rescatar la tradición salinera y darle un giro contemporáneo: envases elegantes, narrativa de origen y una historia que seduce a quienes buscan experiencias genuinas. "La sal es nuestra firma natural", dice Cory Hodge, empresario del sector turístico. Más que un condimento, es una metáfora de lo que la isla represe