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Aprende a elegir tu protector solar y disfruta tus vacaciones


Patricia Marín Maicas, directora del Máster Universitario de Cuidados de Enfermería en Urgencias y Emergencias de VIU, nos cuenta sobre cómo elegir un protector solar adecuado para evitar el cáncer de piel.






Ante las altas temperaturas y los cambios climáticos tan drásticos de los últimos tiempos, la protección contra los rayos UV se ha convertido en una preocupación de primera categoría en la salud.


Según cifras publicadas por Skin Cancer Foundation, alrededor del 90 por ciento de los cánceres de piel no melanoma están asociados con la exposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol.


Por eso, se hace un llamado para elegir un buen protector solar. Está comprobado que el uso diario regular de un protector solar SPF 15 o superior reduce el riesgo de desarrollar carcinoma de células escamosas en aproximadamente un 40 por ciento.


Para saber más sobre elegir el protector solar adecuado y cuidarse de los rayos del sol apropiadamente, hablamos con Patricia Marín Maicas, directora del Máster Universitario de Cuidados de Enfermería en Urgencias y Emergencias de la Universidad Internacional de Valencia - VIU.



Hay diferentes tipos de protector solar


En primera medida, hay que tener en cuenta el factor de protección solar (SPF), que es el índice que indica la cantidad de radiación UVB que es capaz de filtrar sin que la piel se ponga roja. Cuanto más alto factor, más protección, siempre y cuando se asegure un adecuado cumplimiento de aplicación: 2mg/cm2 aplicándolo nuevamente cada 2-3 horas.


No todos los fotoprotectores solares son iguales. Por un lado están los «filtros minerales», que funcionan como un espejo ya que son capaces de reflejar la radiación UV además de controlar la luz visible y la radiación infrarroja (especialmente recomendados en edades pediátricas y pieles muy sensibles).


Por otro lado están los «filtros químicos», que tienen moléculas capaces de absorber la radiación UV en la capa más superficial de la piel, captando la energía, convirtiéndola en calor (longitud de onda distinta) de forma que sea inofensiva para la piel.



Recomendaciones para protegerse del sol


Al momento de elegir el factor de protección, la experta recomienda utilizar fotoprotectores con SPF alto (30-50) y señala que es importante conocer que a pesar de que existen en el mercado productos etiquetados como 50+, la Comisión Europea en 2006 determinó que por encima de este factor no se aumenta sustancialmente la protección frente a la radiación UV.


Además, nos da estos tips extra para que la protección solar sea total:


1. Limitar el tiempo de exposición al sol del mediodía. En esas horas es donde más fuerte es la radiación.


2. Buscar la sombra cuando los rayos UV sean más intensos (zonas centrales del día).


3. Utilizar métodos de barrera físicos como ropa con protección UV (tejidos fotoprotectores), sombreros o gorras que incluyan máxima cobertura y utilización de gafas de sol.


4. Usar métodos de barrera químicos, como el uso continuado y repetido (cada 3-4 horas) de cremas solares con factor de protección alto. Se recomiendan aquellas con filtros solares físicos o minerales, ya que proporcionan el mayor espectro de protección frente a las radiaciones.


5. Asegurar un óptimo estado de hidratación de la piel, bebiendo agua con frecuencia durante las jornadas laborales, así como utilizar crema hidratante todos los días.


6. Tener especial cuidado con las superficies reflectantes como el agua, la arena o la nieve ya que aumentan el nivel de radiación UV.



Si está nublado también hay que protegerse


No siempre cuando el día está soleado es cuando los rayos son más dañinos. Como lo indica la directora del Máster Universitario de Cuidados de Enfermería en Urgencias y Emergencias de VIU, «Es importante tener en cuenta que estos riesgos no se limitan a los días soleados o a los meses de verano, ya que los rayos UV pueden penetrar las nubes y causar daño incluso en días nublados o de invierno».


Así que no hay que dejarse engañar por las condiciones climáticas o geográficas. Factores como la elevación del sol, la cercanía al ecuador o la altitud influyen directamente en los niveles de radiación. Cuando más alto esté el sol en el cielo, cuando más cerca se está del ecuador y cuanto más alto esté la persona, mayor es la radiación ultravioleta.


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Image by Humphrey Muleba
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